Te has preguntado alguna vez ¿Qué
pensarán de mí nuestros vecinos? ¿Qué pensará de mí mis compañeros? ¿O mi jefe?
¿O mis subalternos? ¿O mis profesores?
En primera instancia si supieras cuanto hablan de ti tus vecinos, no
tendrías de que preocuparte. ¿Acaso ellos te dan el vestido para la fiesta del
sábado? ¿O acaso ellos te dan para el mercado o para la comida? Ellos están
ocupados en sus propias vidas y seguro no les queda ni tiempo ni fuerzas para
pensar o hablar de ti.
Esto más bien habla de tu baja autoestima, inseguridad y de una dependencia emocional hacia los demás.
Aquí me salió la parte mía de ser psicóloga de corazón como me autodenomino.
“LA
INSATISFACCION NO DEBE SER HACIA LO QUE ESPERAN LOS DEMAS DE MI Y AL TRATAR DE
COMPLACERLOS… DEBE CONSISTIR LA SATISFACCION EN NO DEFRAUDARNOS A NOSOTROS
MISMOS”
Date el permiso de aprobarte tú. No
te defraudes.
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